jueves, 1 de diciembre de 2011

LA COMUNICACIÓN DEL EMPAQUE.

En los empaques es obvia la importancia que desempeña el diseño para comunicar un mensaje y ningún otro medio de comunicación se encuentra tan cerca de los consumidores, como  el empaque. La combinación de los elementos de diseño trasciende las barreras del lenguaje y segmenta el mercado para transmitir en forma inmediata una identidad.

Para que un empaque produzca resultados halagadores, tiene que ser verdaderamente “hablador”  en el sentido de que el empaque muchas veces toma el papel del contacto personal que puede ofrecer un vendedor, o si este se encuentra presente, entonces el empaque complementa la información sobre el producto.

Un empaque debe ser no solamente atractivo, sino también contener instrucciones sobre el producto que sean fáciles y rápidas de leer. Debe ser agradable a la vista; debe producir satisfacción;  debe hacer que el producto se desee una y otra vez.  Un empaque que cumpla con estos requisitos toma vida propia y le habla al consumidor.

Un empaque hablador, le dice al sentido del gusto: dulce... o picante.. ácido, agrio, etc. Lo mismo al sentido del tacto: firme, liso, pesado, suave, etc.

 El ojo es un intérprete de todos los sentidos. El consumidor prueba, huele, oye y siente el producto a través de sus ojos, si todos los mensajes ayudan a la percepción han sido cuidadosamente planeados. Muchos de estos son sutiles, pero generalmente el consumidor responde a todas las cualidades del producto que se le están transmitiendo. Una comunicación rápida y clara beneficia al usuario y al producto.

Un buen empaque llega al corazón del producto, descubre su razón de ser y comunica creativamente. Un buen empaque tiene personalidad. El producto debe identificarse como una unidad que ofrece beneficios al consumidor. Todo esto hace necesario la definición de los conceptos básicos del diseño, para que a través de éstos, se obtenga una ambientación definida o una mejora en la definición de este, para lograr equilibrios que soporten la comunicación que se desea con este.



Empaque para alimentos.

Empaque para mascota genetica.

UN EMPAQUE PUEDE INCIDIR EN EL COMO COMPRAR?

Los empaques tienen un enorme poder sobre las decisiones de compra que tomamos. La ropa que usamos nos sirve para expresar nuestra personalidad, los empaques cumplen la misma función para los productos. Nos identificamos con un producto porque hace por nosotros lo que deseamos que haga: compramos una “promesa de marca” y en el empaque del producto se representa gran parte de esa promesa.
Cuando por cualquier motivo queremos cambiar la marca que utilizamos usualmente o no la podemos encontrar en el lugar de compra, ¿cómo seleccionamos una nueva marca? Lo que generalmente hacemos es escoger un empaque que nos cautive o llame nuestra atención. La gran mayoría de veces no tenemos la oportunidad de probar el producto que vamos a comprar, por esto el empaque es el encargado de vender el producto: debe convencernos de tomar la decisión de compra.
De ahí la importancia de su diseño, de lograr un empaque original que comunique la identidad de marca y los beneficios del producto, que llame la atención, que nos haga pensar, sonreír, hablar y finalmente comprar. Por esto hay que dejar de pensar en el empaque sólo como un medio para contener, proteger y transportar un producto, el empaque funciona como una herramienta de mercadeo que influye decisivamente en la decisión de compra.

Los colores siempre han influido en nuestros sentidos y estados de ánimo, así el amarillo actúa como estimulante mental y nervioso. El naranja es un excitante emotivo. El rojo, aumenta la tensión muscular y la presión sanguínea. El verde dilata los capilares y tiene un efecto reductivo de la presión. El azul es un calmante que actúa sobre el corazón y los pulmones y aumenta la resistencia de los tejidos. De igual manera las texturas pueden influir en nuestra selección de un producto. El mercadeo moderno aprovecha estos dos elementos para sacar un mayor provecho a la hora de diseñar los empaques que vemos en los anaqueles o vitrinas.
Empaque para ropa interior.




Tapa cronometro para pastillas.



Surtidor para bolsas de relleno.





Botella de vino para atomovilistas